martes, 9 de febrero de 2016

SUICIDE - SUICIDE (1977)



1977 sin duda es uno de los años clave en la historia del Rock. Muchos grupos Punk y New Wave iniciaban sus andanzas con sus respectivos discos debut, como los Sex Pistols con su 'Never Mind The Bollocks' publicado el 28 de Octubre de 1977, un disco revolucionario y provocador que retornaba al Rock a sus raíces, las del Rockavilly, aunque con un sonido demencial a tres acordes. Sin embargo, al margen de Sex Pistols y de la explosión del Punk Rock en UK, exactamente dos meses más tarde de la edición del debut de los Sex Pistols, el 28 de Diciembre de ese mismo año, aparecía uno de los discos más transgresores e innovadores de la era Rock, me refiero al debut del dúo de New York, Suicide. Disco inclasificable ¿art-Rock? ¿No Wave? ¿Synth-Rock? ¿Synth-Punk? al margen de las etiquetas, el album debut de Alan Vega y Martin Rev, 'Suicide', rompió todos los esquemas musicales de fines de los años 70, incluido el Punk, y todo partía de una simple caja de ritmos no programable de 1957, un viejo sintetizador Japonés y diez cajas de efectos con delays y ecos provocados por el ingenio de Rev, manipulando la voz de Vega como un instrumento más y en donde Alan Vega teatralizaba gimiendo, dando alaridos por momentos escalofriantes y por otros, hasta sensuales. Gritos desgarradores deformados por ecos y reverberaciones, el resultado: vanguardia al 100%. De hecho este disco le marcó la vida a muchos: Snowy Red, SPK, Soft Cell, The Sisters Of Mercy, Alien Sex Fiend, Spacemen 3, Loop, My Bloody Valentine y The Horrors son apenas algunos nombres que han reconocido su influencia.

El dúo Suicide se formó y floreció en la ciudad de New York como una de las propuestas musicales más innovadoras de los primeros años 70. Aunque sus influencias no fueron tan notorias en el circuito independiente de la época, su música quedó registrada en los anales del Rock como uno de los acontecimientos más interesantes. Prueba de ello fue el culto que se le otorgó durante las dos siguientes décadas básicamente desde las Islas Británicas, y en donde nombres de importancia cayeron rendidos ante su induplicable estilo. Son innumerables los covers que se han hecho de Suicide, coloreándolos tal vez de tonos oscuros (caso de The Sisters Of Mercy) o impregnándolos de matices Psicodélicos (como quedó registrado en las innumerables presentaciones de Sonic Boom y sus Spacemen 3). Inicialmente tomada como una simple anécdota, como suele suceder con la mayoría de músicos arriesgados y adelantados a su época, el tiempo (el mejor aliado de la vanguardia) fue el encargado de revalorizar en todos estos años su música.

Los responsables de estas desquiciadas sonoridades fueron Alan Vega (voz y composición) y su compañero de viajes Martin Rev (electrónica y composición). Formados en 1971, pasaron sus primeros años moviéndose por diferentes clubs en New York. Marty Thau, un tipo que había estado tras las correrías de los New York Dolls, fue el encargado de organizarles las primeras presentaciones, algunas memorables, como la del 14 de Febrero de 1973 en el Mercer Arts Center junto a los New York Dolls, Wayne County y Modern Lovers.

Tras una corta separación, Suicide resurgen en 1976, haciéndose conocidos por la zona con su mítica 'Rocket U.S.A.', animando a Marty Thau a ficharles en su debutante discográfica Red Star Records. Así llegó a las tiendas el primer album de la pareja, 'Suicide' (1977). Los temas que abrían el debut, 'Rocket U.S.A.' y 'Ghost Rider', son un claro ejemplo del sonido que desarrollan a lo largo del disco. Un bajo secuenciado, repetitivo y desquiciado, sobre el cual el teclado de Rev imita el sonido de una guitarra, la cual acompaña a la voz de Alan Vega, entre sensual y melodramática, con sus gritos y gemidos deformados por ecos y reverberaciones. 'Cheree' es la pieza romántica del album, una composición embellecida y enriquecida por esas melodías en el teclado que nos recuerdan a las de una caja musical. Otra canción que especialmente destaca en la primera parte del disco es la sensual 'Girl'. Difícil de definir. Acaso ¿erotismo espacial? Lo cierto es que este disco suena a vanguardia. Suicide sonaban en 1977 como ningún otro grupo anterior y lógicamente eso les chocaba a muchos. Eran las épocas de los Bee Gees sonando hasta el hartazgo, de Donna Summer innovando las pistas de baile con electrónica de la mano de Giorgio Moroder, las épocas del 'Trans-Europe Express' de Kraftwerk y de los inicios de Ultravox en UK y por supuesto, la época del estallido Punk, de los Bromley Contingent, de la esvástica y los chicos malos, pero Suicide eran otra cosa. Se diferenciaban de todo su entorno, inclusive de la propia No Wave. El himno de Suicide era una auténtica pesadilla de más de diez minutos. 'Frankie Teardrop' nos conducía hacia una mórbida atmósfera repleta de climas intensos, en donde la tensión y locura eran reproducidas por sonoridades maquinalmente repetitivas, sobre las cuales Vega se encargaba de relatarnos la historia de un tipo llamado Frankie, que asesina a su familia y luego procede a suicidarse (recreando musicalmente el viaje de su espíritu hacia un paraje repleto de almas suicidas y atormentadas) con gritos espectaculares, acaso no espeluznantes. En 'Frankie Teardrop', Suicide alcanza uno de sus mayores niveles de creatividad. "No escuchar a alto volumen, puede ser perjudicial para la salud mental" debió ser la frase en la etiqueta del disco, un disco fundamental sin más ni más.

Este disco fue editado en 1977 simultáneamente en los Estados Unidos, Alemania y Francia. En 1978 fue publicado en Reino Unido, Italia y Canadá. Sólo la edición Canadiense incluía una canción adicional, 'I Remember'. 8 tracks en total. Posteriormente en 1980, apareció una re-edición con otra portada para el mercado de los Estados Unidos y Francia. Esta nueva edición excluía la canción 'Girl' y traía en cambio el bonus de la edición Canadiense 'I Remember' y dos nuevas canciones en concierto que no aparecieron en el album original, ‘Keep Your Dreams’ y ‘96 Tears’. Por último, esta misma re-edición de 1980 para los Estados Unidos, también incluía como bonus en edición limitada, un 9" flexidisc llamado '23 Minutes In Bruxelles - We're All Frankies' (posteriormente remasterizada en CD con el título ’23 Minutes Over Brussels’), grabado durante el show que Suicide ofreció en Anciennes, Bruselas, Bélgica, el 16 de Julio de 1978 teloneando a Elvis Costello. Lo curioso del asunto es que se escuchan las quejas y pífeas de parte del público quienes no dejan de pedir la pronta salida de Elvis Costello, inclusive en cierto momento uno de los asistentes le arrebata el micrófono a Alan Vega y les impiden continuar tocando. Vega con la nariz rota, en plan de burla interpreta a cappella parte de su 'Frankie Teardrop'. El concierto acaba con insultos e incluso le bajan los volúmenes desde la mesa de mezclas. El título viene de ahí. Fueron apenas 23 minutos los que pudieron soportar a Suicide, o 23 minutos los que pudo soportar Suicide ante un público hostil. Demasiado radicales para aquel tiempo, pero acabaron como héroes. La historia cuenta que el propio Elvis Costello estuvo indignado por el mal trato que había recibido Suicide y terminó su concierto antes de tiempo. De hecho la gente se amotinó y todo acabó en peleas y destrozos, con bombas lacrimógenas arrojadas a la multitud por la policía antidisturbios.

En posteriores discos, el dúo nunca pudo superar su magnífico debut, tan influyente como transgresor en una época en la que las guitarras eran el arma utilizada por casi todas las manifestaciones de vanguardia a ambos lados del Atlántico. Su incalculable influencia llega hasta nuestros días.

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